La Fundación Apel·les Fenosa celebra el vigésimo aniversario de la apertura de su museo

29 de diciembre de 2021
29 de diciembre de 2021 Museus del Vendrell

La Fundación Apel·les Fenosa celebra el vigésimo aniversario de la apertura de su museo

En 2022 la Fundación Apel·les Fenosa conmemorará los veinte años de la apertura del museo en El Vendrell.

Esta efeméride coincidirá con la restauración de la Casa del Portal del Pardo y la inauguración de los esgrafiados de la fachada de la c/ Quatre Fonts, que aportará a El Vendrell una nueva imagen icónica, que complementará la vianalización del espacio entre el puente de França y la fachada del museo.

En el marco de este aniversario se prevé presentar el Diccionari Fenosa, donde se recogen los amigos más relacionados con el escultor, y la organización de dos exposiciones: «Esculturas perdidas de Apel·les Fenosa» y «Los artistas Medallas de Oro».

Esculturas perdidas de Apel·les Fenosa (marzo – junio 2022)

El proyecto es el resultado de la investigación sobre las esculturas de Fenosa que se han perdido y se tiene constancia.

Primera gran perdida. En los años 1928 y 1929 Fenosa vivía en el Hôtel de France, en la rue Vandamme (distrito XIV de París). Desde este hotel se marchará el año 1929 hacia Barcelona con la idea de sólo pasar algunos días, los de la exposición que se tenía que hacer en la Sala Parés a finales de año. Dejó, pues, todas sus cosas y toda la producción de los años parisinos en la habitación que ocupaba, y los hoteleros lo acabaron vendiendo todo a los almonedistas porque no supieron nada más de él.

Segunda gran perdida. En enero de 1939, Barcelona cayó en manos de los franquistas. Apel·les Fenosa no pudo hacer nada ante esta realidad. Esperó y se escondió en casa sus padres en Floresta. Cuando los primeros soldados franquistas, los moros, invadieron el pueblo, uno de ellos, con la bayoneta en la mano, se dirigió hacia él. Fenosa le vio subir por el jardín y se preparó para morir levantando el puño. El soldado pasó por su lado sin mirarle: “quería los conejos que había en las gazapos detrás de él”, había explicado Apel·les. Dos o tres meses después, Fenosa decidió regresar a Francia. Pidió un permiso de circulación, con fecha del 4 de mayo de 1939, con el pretexto de tener que realizar una compra de mármol en los Pirineos.

A una prima de Fenosa, Carlota Rotger —que siempre estuvo muy unida con Palmira, la hermana de Apel·les— se le preguntó por qué no quedaba nada de la obra realizada durante diez años en Barcelona aunque él siempre había vivido rodeado de mujeres, entre ellas su madre y su hermana. Ella respondió que cuando Apel·les se marchó hacia Francia en 1939, su madre había guardado todo lo que tenía en una habitación de la casa que la familia tenía en la Floresta. Cuando el padre de Apel·les murió, en 1939, ella fue a vivir a casa de su hija y alquiló la casa, excepto la habitación donde estaban las cosas de Apel·les, que la dejó cerrada con llave. El inquilino hizo mil desgracias, no pagó los alquileres y destrozó la casa y el contenido de la habitación.

Tercera gran perdida. Durante la ocupación alemana de París: “Hacía tiempo que Picasso me había pedido que hiciera su busto. Yo, por respeto, no me atrevía. Al final fue Coco Chanel quien me convenció. Lo empecé en la rue de Boétie. Mientras posaba, Picasso tuvo la idea de hacer el mío. Lo hizo después, en el taller de los Grands-Augustins. Ambos bustos han desaparecido”, explicó Fenosa a Lluís Permanyer. En 1974, Fenosa volverá a explicar a un periodista del Mundo Diario: “—Picasso me encargó su busto, después él hizo el mío. Es triste, ambos se han perdido —¿Cómo ocurrió? —No sé, creo que fue culpa de Sabartés, se rompieron, quizás cayeron.”

Cuarta gran perdida. En palabras de Nicole Fenosa: “Entre la primavera de 1946 y el 13 de mayo de 1948 —día de nuestra boda— vivimos dos años difíciles. Yo estaba sometida a una fuerte presión: mi familia se oponía a este escultor extranjero, republicano español, mucho mayor que yo, con reputación de Montparno, asiduo del Dôme y mujeriego… Un día me hicieron prometer con un dentista. Cuando lo supo, Fenosa destruyó todo lo que encontró en su taller, incluyendo un gran Poliphème muy avanzado que volverá a iniciar en 1949. Sólo le supo mal por una tanagra que habíamos comprado juntos en el Marché aux Puces: «—Tan barata, que no podía ser verdadera», había dicho Apel·les Fenosa”.

Por otra parte, en 1941, Fenosa alquiló un taller en el hostal Médical, en el número 26 de la rue du Faubourg Saint-Jacques (distrito XIV de París). Tenemos la descripción de este lugar gracias a algunas líneas que César González Ruano le dedica en sus memorias: “Fenosa vivía en un extraño taller, en una especie de casa de locos de la rue Saint-Jacques, cuyo destino será siempre un misterio. Era como un sanatorio en Jesús con salas de gimnasia, piscinas vacías y gran cantidad de escaleras interiores”. El Médical estaba situado frente a la entrada de los servicios de maternidad del hospital Cochin. Apel·les explicaba que los gritos de las parteras le eran insoportables, sobre todo en verano cuando todas las ventanas estaban abiertas.


Los artistas Medallas de Oro (julio – noviembre de 2022)

Desde la restitución de la Generalitat de Catalunya se han otorgado varias Medallas de Oro a artistas plásticos. La exposición quiere reivindicar a estos artistas y poner de relieve su importancia a los efectos de recordarlos en el momento presente, donde muchos de ellos no desempeñan el papel que en su día tuvieron.

Los artistas galardonados con la Medalla de Oro han sido: Joan Miró (1978), Joan Rebull (1981), Salvador Dalí (1981), Apel·les Fenosa (1982), Antoni Tàpies (1983), Antoni Clavé (1984) y Frederic Marés (1986).

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